Existen rumores, tristes leyendas urbanas, que dicen que hubo un tiempo donde antes de ver tu película en el cine tenías el placer de contemplar un cortometraje, esto se remonta a tiempos pretéritos, cuando existía una molesta interrupción a mediados del film que provocaba una desvandada de espectadores para renovar sus bebidas y palomitas.
Cuentan las leyendas que en aquellos tiempos podías ver nuevas creaciones, aunque fuese insuficiente era lo que necesitaron algunos jóvenes cineastas para encontrar el prestigio posterior. Los tiempos cambian, la rentabilidad manda y ahora existen grandes bukets de palomitas para que no se te agoten entre disparos y coches volando.
sábado, 26 de abril de 2008
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