lunes, 7 de abril de 2008

¿Y qué hay de los guardianes?

Lo de vigilar niños entre el centeno es ardua tarea. Requiere tener un gran conocimiento de todo lo que te rodea, ser paciente con aquellos que no quieren ser salvados y entrenar para hacerte cada vez más y más rápido, porque el número de niños en peligro aumentará día tras día, año tras año.

¡Pobres niños grandes! ¿Alguna vez se te ocurrió pensar lo que diferencia a unos de otros? Los niños juegan, aprenden, disfrutan. Los niños preguntan, investigan, prueban y nunca se arrepienten de haber hecho algo. Pueden ser felices con un caramelo y estar tristes si no encuentran a sus amigos en el parque. Por otro lado, los adultos... Un adulto es un niño que piensa que ya no lo es. Envuelto en su pedante burbuja de "experiencia" y "madurez".

Entonces podemos entender que lo de vigilar niños entre el centeno es mucho más complicado cuando se trata de los disfrazados de adulto. Cuando creen que saben más que tú y se sienten seguros en su ignorancia. Cuando piensan que lo han visto todo... Entonces llegan al precipicio.

En algunos lugares el "centeno" es bastante tupido. Si es difícil correr entre él o si no te permite ver más allá de tus narices: Peligro. Si el campo ha escogido por ti que camino debes seguir, si ese camino te confunde, si no te deja pensar con claridad: Peligro. En este caso el trabajo del guardián es verdaderamente complicado. No sólo tiene el problema de los niños grandes, también se le añade el del centeno tupido.

Muchos niños caen por el precipicio. Pero si caen es porque quieren. Después de hablar con todos ellos el guardián les deja decidir. Son libres, o al menos eso piensan ellos. Nadie es libre: somos esclavos de nosotros mismos, de nuestra mente. Y nuestra mente es débil. Cualquiera puede cambiártela. Incluso aunque no te des cuenta.

El precipicio es el final del camino. Cuando el guardián te salva, te devuelve al campo de centeno. Hasta el momento no hay ningún otro lugar donde te pueda llevar. Pero, inevitablemente, se siente triste. Sabe que tarde o temprano caerás. No puedes evitarlo... los niños, el centeno, ya sabes: así es la vida.


Well, Jenny’s a sweet young body, Jenny’s seldom dry,
Draggled her petticoatie, comin’ through the rye.
If a body meet a body comin’ through the rye,
If a body kiss a body, need a body cry?
All the lassies have their laddies, Nane they say, have I;
But all the laddies smile at me, Comin’ through the rye.
Well, Jenny’s a sweet young body, Jenny’s seldom dry,
Draggled her petticoatie, comin’ through the rye.
If a body meet a body, comin’ from the town,
If a body kiss a body, need a body frown?
If a body meet a body, comin’ from the glen,
If a body kiss a body, need a body ken?
If a body meet a body comin’ through the rye,
If a body catch a body, need a body cry?
All the lassies have their laddies, Nane they say, have I;
But all the laddies smile at me, Comin’ through the rye.


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