La gente juega a creer que es sincera. Nadie lo es, porque realmente nadie sabe lo que es la sinceridad. Nos emocionamos cuando alguien que no nos conoce nos alaba…cuidado…es veneno, veneno, veneno… probablemente piensan todo lo contrario sobre ti, probablemente te odien… ah, pero tú no eres mejor que ellos…tú sonríes, das las gracias, y por dentro dices “Será cínico”… no menos que tú, no menos…
¿Realmente sería buena la sinceridad? De verdad crees que si todos dijésemos lo que pensamos, lo que sentimos, las cosas irían mejor… ¿O todo lo contrario?… Primero debemos aprender a ser sinceros con nosotros mismos, pero nadie quiere ser sincero consigo mismo, es uno de los mayores retos de la vida, sobre todo porque siempre sabemos cual es la verdad pero siempre nos negamos a aceptarla; porque tenemos más miedo de acertar que de equivocarnos. Porque en el mundo no hay ni héroes ni villanos, hay gente cobarde, y gente menos cobarde.
Admítelo…más de dos críticas seguidas destrozarían tu espíritu. Débiles. Seríamos todos débiles ante la avalancha de críticas que nos caerían encima, tanto que, ya no nos atreveríamos a criticar, por lo tanto comenzariamos a alabar a la gente… diriamos cosas que no creemos… volveríamos al cinismo.
El cinismo lleva al cinismo. La sinceridad lleva…al cinismo.
“…Hacer del mundo un sitio mejor es ingenuo. El mundo no puede ser un sitio ni mejor ni peor, sino lo que es, una hijoputada para unos y una suerte para otros. Lo que buscamos es arrasar con todo y hacer que el hombre se mire en el espejo y se de ASCO…”
[ Una vez este texto llevó a una profunda conversación. Nuestras “grullas” luchan por algo, significan más de lo que creemos. Dejad que vuestros pensamientos salgan al exterior. Alguien me dijo que la literatura es revolución… hagamos revolución. ARRASEMOS CON TODO ]
miércoles, 16 de enero de 2008
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