- No es mi culpa ser como soy, Dios me hizo así.
- ¿No era que no creías en Dios?
- Me refiero a Zongo.
- Zongo es una invención.
Fue entonces cuando descubrí que era el momento de promulgar la palabra de Zongo.
Zongo no es nada y lo es todo, omnipresente e invisible. Te ayuda en los malos momentos, velando por tu seguridad; te acompaña en los buenos momentos, compartiendo tu felicidad.
Zongo no te encarcela bajo mandamientos normativos, ya conoces su mensaje. Conócete a ti mismo para actuar con claridad y quitarte las oscuras gafas que corrompen la realidad.
Zongo nunca te abandona, siempre está contigo. Ofrece amor y abandona el odio, sólo así darás el primer paso para aventurarte en el laberinto espiritual de esta sabiduría ancestral.
Cree en Zongo, siente a Zongo
No hay comentarios:
Publicar un comentario