viernes, 18 de enero de 2008

¿Esperanza?

Quizá la esperanza radique en que no nos quede ninguna esperanza. De esta forma, actuaríamos, porque nada tenemos que perder. De alguna forma el sistema vive de que alberguemos alguna esperanza de cambio, aunque como dice George Orwell en 1984, está claro que las cosas no van a cambiar. De todas formas O’Brien si que podría ser en verdad un revolucionario y aquí está el quid de la cuestión: Cuando afirma “Las normas del Partido, su dominio es para siempre. Debes partir de este punto en todos tus pensamientos” nos está dando una pista de la verdadera forma de actuación.

Es lógico que debamos partir de la concepción imbatible del sistema actual. Si aún conservamos alguna esperanza de éxito, el sistema la tomará para sí y pasará a ser un elemento estabilizador más. Este es el gran logro del sistema, valerse de la multiplicidad de mensajes para fortalecerse. El truco no está en el contenido, sino en la libre circulación. Permite a alguien expresarse y lo que diga no tendrá valor alguno. Censúralo, y se convertirá en un mártir, en un líder de opinión, en alguien a quien temer.

“La esperanza es lo último que se pierde” ¿Y si no? ¿Qué refrán con mayor carga tradicionalista que este? ¿Por qué un nihilista debe aceptar esta convención? ¿Y si le diéramos una vuelta mas de tuerca, y perdiéramos la esperanza antes de actuar? Quizá de esta forma o bien no logremos nada, o bien logremos desengancharnos por un momento del sistema y actuar sin tapujos y “tomar las riendas” como dice Nietzsche… para de esa forma transformar, y crear algo nuevo a partir de la negación de lo anterior.

Lo que pasa es que la cosa está complicada. Al ser una población brutal de personas, seis mil millones, es absolutamente necesario rebotar el mensaje a la mayor parte de gente posible, sin embargo, existen varios obstáculos. El lingüístico, el cultural, y por último, el más difícil de saltar: entramos directamente de nuevo en la línea de la libre expresión y por tanto aseguramos la continuidad del sistema.

Aplicando la “duda metódica” de Descartes, podemos llegar a dudar incluso del papel de los libros en la actualidad. Una editora de un libro de Marx, de Nietzsche… está dentro del sistema. ¿No estará la literatura contaminada también? ¿Y si ni si quiera podemos fiarnos de los libros? Nada seria capaz de sorprenderme si dudo de todo. Quizá en la libertad de expresión podamos encontrar materiales que nos ayuden a prepararnos, pero ¿estamos favoreciendo al sistema? ¿No estaremos en realidad formando parte de él? ¿Qué debemos hacer entonces? Filosofar sin material teórico, ya que el pasado esta controlado por el poder.

Si la base del poder es el control del pasado, ¿no deberíamos dirigirnos hacia el? ¿O acaso eso es lo que espera? En todo caso yo creo que sería importante realizar todo esto sin esperanza en llegar a algún fin concreto. Ese es el truco. Como este texto, que seguramente no me lleve a ninguna parte pero que es capaz de abrir mi mente por espacios antes insospechados.

¡¡Sencillo!! Abrir la mente sin querer, sin que nos demos cuenta. Pero claro, eso en sociedades mínimamente civilizadas… O no… Dios, no sé, no sé, no sé, no sé…………. nosenosenosenosenosenosenosenosenosenosenosenosenoseeeeeeee. DUDO

Dudo de todo ya, ¿me estoy volviendo loco, o estoy viendo la jodida realidad?

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